Cambiar su alimento habitual, es una de las razones más comunes, pero también puede tratarse de estrés o el inicio de alguna enfermedad. Si el gato no ha perdido más de un kilo no debes preocuparte; pero si supera esta medida en poco tiempo puede ser síntoma de alguna enfermedad y lo mejor será consultar a un veterinario para comenzar con el tratamiento adecuado.
Como se mencionó anteriormente la inapetencia repentina se puede generar por factores de estrés relacionados, por ejemplo, con cambios de ubicación de sus alimentos o la mudanza a un nuevo hogar. Los gatos son muy susceptibles a las alteraciones en su entorno, por esta razón necesitan lugares tranquilos en los que se sientan seguros.
En uno de los extremos de gatos con problemas alimenticios, están los que no comen. Antes de correr a buscar qué hacer cuando tu gato, te recomendamos analizar estos comportamientos:
Si tu gato no responde a ninguno de estos comportamientos y notas otros síntomas como mucosidad, lagrimeo, vómitos, diarrea, infecciones bucales, entre otros, debes acudir a tu veterinario de confianza.
Fuentes
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