Para comenzar a entender cómo se desencadena el miedo en un gato, lo primero que debemos entender es que su conducta está regulada por un par de hormonas: la dopamina encargada de controlar las sensaciones de placer y la serotonina que controla las emociones entre otras funciones. Cuando dichas hormonas se desequilibran, es decir, la dopamina sube y la serotonina desciende, el cerebro de nuestro gato entra en alerta y le envía señales al resto del cuerpo para que se prepare para huir o luchar.
Esta señal de alerta llega a los riñones del gato los cuales de inmediato, comienzan a liberar cortisol conocida como la hormona del estrés y también adrenalina, haciendo que la sangre vaya rápidamente a los órganos vitales como el corazón, el cerebro, el bazo, entre otros, para protegerlos, a su vez que los músculos se llenan de oxígeno para hacerlos más fuertes y veloces.
Síntomas del miedo en el gato
Cuando las hormonas anteriormente mencionadas comienzan a trabajar y ponen en alerta al sistema nervioso simpático encargado de preparar el cuerpo para huir, podemos notar en nuestro gato que sus pupilas se dilatan, se erizan, algunos tienden a esconderse, sufren taquicardia, otros corren o tienen comportamientos agresivos.