Al principio, la empresa no aceptaba su presencia en la estación, pero el señor Koyama fue quien los convenció de dejarla vivir ahí y nombrarla como jefe. Tama falleció en el 2015 de un infarto, tuvo un gran funeral en la estación donde asistieron miles de personas y aún es recordada como la gata que salvó la línea de tren e introdujo millones de Yenes a la economía local.
Estos mirringos siempre serán recordados como héroes por sus historias conmovedoras y cargadas de mucho amor y una gran tenencia responsable. Si crees que tu mirringo también tiene una gran historia, no dudes en contarla a través de nuestras redes sociales Efecto Ringo en Facebook y @efectoringo en Instagram y hagamos que tu amigo fiel se convierta en el siguiente protagonista del mundo.