Sin embargo, como para toda regla hay una excepción, en el mundo existen algunos gatos que son excelentes nadadores y además disfrutan hacerlo como el gato pescador de Indonesia, gatos siberianos, los maine coon, entre otros; que les gusta el agua por su adaptación a los bosques húmedos. Así que, el mito de que a los gatos no les gusta el agua puede ser muy relativo, no sólo por su raza o genética, sino también por su crianza.
Otro aspecto muy interesante en cuanto a la relación de los gatos y el agua es que aunque no les guste darse un chapuzón, la mayoría pueden pasar horas viendo como caen el agua de una canilla, la realidad es que no es el agua lo que los atrae, les interesa los juegos de luz, el ruido y el movimiento, ya que ven las gotas como una presa fácil.