- Háblale suave y con dulzura. Comienza por acariciarle los laterales de la cara, en donde liberará feromonas apaciguadoras. Luego, extiende los dedos y con las yemas, haz una ligera presión.
- Pasa las caricias a la cabeza y concéntrate en la zona detrás de las orejas y el mentón. Dibuja pequeños círculos con la punta de los dedos y pasa al cuello continuando los mismos movimientos.
- Con la mano abierta, pasa al lomo recorriendo desde la cabeza hasta la cola y repite este movimiento algunas veces. Evita el contacto con el vientre a menos de que tu gato expresamente lo quiera. El vientre es su zona vulnerable anatómicamente así que lo más probable es que lo proteja y no se sienta muy cómodo al exponerlo.
Haz este ejercicio durante 15 minutos y continúa escuchando música, leyendo, observando y conociendo a tu gato, dándole caricias, cantándole y reforzando positivamente el momento que están pasando juntos. Si tu gato se quiere retirar o parece estar incómodo debes parar y jamás forzarlo; respetar su espacio siempre va a fortalecer su vínculo.
Ten presente que tú y mirringo son muy afortunados de tenerse para pasar tiempo juntos y hacer pausas de relajación. Puedes seguir aprendiendo más en mirringo.com.co y en nuestras redes nos encuentras como @EfectoMirringo