1.
Hay dos tipos de arenas, aglomerante y no aglomerante. La arena aglomerante forma grumos cuando entra en contacto con la orina y las heces, facilitando la limpieza diaria.
2.
Tanto para tu gato como para ti será mejor una arena que ayude a controlar los malos olores. Muchas arenas, como la de Mirringo, tienen en su composición bicarbonato de sodio, lo que ayuda a reducir los malos olores.
3.
Algunos felinos son particularmente sensibles a la textura de la arena, por eso para unos es mejor una arena fina y suave, y para otros una más gruesa. Prueba y experimenta hasta encontrar la que a tu gato le guste.
4.
Hay arenas que generan mucho polvo cuando nuestro gato la usa, lo cual no les gusta y también es perjudicial para su salud y la nuestra. Por eso, busca una arena que sea baja en polvo.
5.
El aparato olfativo de los gatos es bastante sensible a los olores. Hay arenas con distintos olores, pero ellos prefieren las que no tienen olor o con olores discretos.