De cazadores solitarios a compañeros de apartamento
El comportamiento crepuscular en gatos tiene raíces muy antiguas. Sus antepasados —felinos salvajes como el gato montés africano (Felis lybica)— cazaban al amanecer y al anochecer. ¿Por qué? Porque estas franjas del día ofrecían la luz suficiente para ver sin ser vistos, justo cuando sus presas eran más vulnerables. Así desarrollaron un ritmo biológico adaptado a ese patrón de actividad.
Aunque el gato doméstico evolucionó a partir de estos felinos, su esencia cazadora nunca desapareció, solo se adaptó a nuevos entornos.

¿Y qué pasó con la domesticación?
A diferencia de otras especies domesticadas, los gatos no fueron criados para cambiar su comportamiento natural, sino que se acercaron a los humanos por conveniencia mutua: protección, comida, compañía. Esa “domesticación suave” permitió que conservaran sus hábitos instintivos, como el ser activos al amanecer y al anochecer.
Incluso con generaciones conviviendo en hogares, el instinto crepuscular se mantuvo porque no interfería con la convivencia humana. De hecho, muchos cuidadores lo encuentran “adorable”… hasta que el gato decide que a las 4 a.m. es hora de jugar.
¿Cómo se manifiesta hoy ese instinto?
Los gatos domésticos no cazan para sobrevivir, pero su cuerpo y mente siguen pidiendo esos momentos de actividad intensa. Así lo expresan:
- Zoomies al amanecer o anochecer: carreras locas por toda la casa.
- Acecho de sombras o movimientos pequeños: juego que imita la caza.
- Maullidos o comportamientos inquietos de noche.
- Mayor necesidad de juego en ciertos horarios.
Es su forma de honrar a sus ancestros… aunque lo hagan en una casa con Wi-Fi.
¿Podemos cambiar ese comportamiento?
No del todo, ni deberíamos. Es parte de su naturaleza. Pero sí puedes:
- Ofrecer sesiones de juego antes de dormir.
- Establecer horarios regulares de alimentación.
- Enriquecer su ambiente con juguetes que simulen la caza.
Más que corregir, se trata de acompañar ese instinto sin que interrumpa tu descanso.En Mirringo creemos que cuidar a tu gato también es entender de dónde viene y por qué se comporta como lo hace. Naturalizar su instinto es parte de amarlo como es: muy especial.
Porque entender su naturaleza también es parte de cuidarlos con responsabilidad.
Los gatos son especiales, muy especiales. ¡Cuídalos como se lo merecen!